Una pequeña introducción acerca del sitio A Través de la Biblia. Construí este sitio web o blog para escribir sobre la Biblia, la Palabra de Dios. Dentro del dogma bíblico en general, notarán que estoy particularmente interesado en el tema de las curaciones bíblicas.
Soy Robbie Fernández Larsson. Nací y me crié en Argentina, pero vivo en los Estados Unidos desde hace muchos años. Me crié en la fe cristiana y a una edad muy temprana mis padres nos llevaban a mi hermana y a mí a la escuela dominical de la iglesia Presbiteriana San Andrés de Temperley, Argentina. No recuerdo ningún momento de mi vida en el que no creyera en el Dios de la Biblia y en Jesús Cristo (o Jesucristo) [Nota: Cristo viene de la palabra griega ΧΡΙΣΤΟΣ (transliteración CRISTOS) que significa ungido o mesías en hebreo, o sea que Jesús es el mesías o el enviado de Dios para nuestra salvación].
Sin embargo, como tantos otros cristianos (¿la mayoría?), hubo muchos momentos en mi vida en que la Palabra de Dios no era mi principal interés, para mi propio detrimento.
Hace muchos años empecé a interesarme en las curaciones bíblicas. También llamadas sanaciones o curaciones sobrenaturales porque están fuera del reino natural o físico. He leído, escuchado y visto por TV a muchos que practicaron o practican curaciones bíblicas. Están incluidos Andrew Wommack, Rod Parsley, Nancy Dufresne, Gloria y Kenneth Copeland, Sandra G. Kennedy, Oral Roberts y otros. Especialmente me interesaba cuando hacían referencia a las Escrituras para respaldar lo que estaban haciendo. ¡Yo no sabía que había tantas referencias sobre curaciones y sanidad en la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento!
Algunos me dirán, creo que algunas de esas personas son unos charlatanes. Es fácil ver cómo algunos puedan pensar eso. Pero yo comencé a preguntarme, ¿cuánto tiempo puede alguien decir que cura a personas sin obtener resultados, y antes de que los demás se den cuenta que son charlatanes o falsos profetas? Probablemente no mucho tiempo.
Cuando empecé a leer la Biblia de tapa a tapa (la he leído varias veces), encontré la respuesta a esa pregunta en las palabras del mismo Jesucristo. En el capítulo 9 del libro de Mateo (también mencionado en los libros de Marcos y de Lucas), Jesús estaba en el pueblito de Capernaúm – cuyas ruinas he visitado – a orillas del mar de Galilea. La gente le llevó a un hombre paralítico para que lo sanara. Jesús le perdonó sus pecados y le dijo que se levantara y se fuera a su casa, lo cual hizo.
Mateo dice que los escribas (registradores y teólogos judíos) que estaban presentes comenzaron a hablar entre ellos, reprendiendo el poder de Jesús para perdonar los pecados. Los judíos de esos tiempos creían firmemente que perdonar pecados era una prerrogativa únicamente de Dios, por lo que decir “te perdono tus pecados” era una blasfemia para ellos. En esa época, los blasfemos podían ser sujetos a la lapidación a muerte. Jesús leyó sus pensamientos y les dijo: “¿Qué es más fácil, decir: ‘te perdono tus pecados’, o decir, ‘levántate y anda’?”
Es muy obvio de que Jesús estaba diciendo en este versículo que es mucho más convincente sanar o curar a alguien que decirle “te perdono tus pecados”. Si alguien te dice que te perdona tus pecados, nunca nadie podrá comprobar si te perdonó o no. Es un concepto intangible. Por el contrario, si alguien sanara milagrosamente a una persona paralítica, y esa persona se pusiera de pie y caminara a su casa, te convencerías instantáneamente porque lo verías con tus propios ojos.
Los escribas judíos no vieron eso. Estaban demasiado envueltos en conceptos religiosos como quién podía perdonar los pecados o no, qué se podía o que no se podía hacer en el Sabbat, etc.
Creemos lo que vemos con nuestros propios ojos. Eso es natural e innato para nosotros. Pero también hay que tener fe de antemano, para adelantarse, para estar preparado. ¿Pero cómo? La fe para creer la palabra de Dios es la esencia misma de recibir las promesas que Él dice que podemos tener. Es una fuerza espiritual tremenda. Para leer mas acerca de la fe que cura, leer mi entrada Curaciones del libro de Mateo.
Siempre que curó un enfermo Jesús le dijo, “tu fe te curó”. No dejó dudas que fue la fe de las personas lo que desencadenó la curación.
En el capítulo 10 de Romanos el apóstol Pablo dijo que “… Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo.” En aquellos tiempos no había Escrituras impresas y de todos modos la mayoría de la gente no sabía leer. Las Escrituras existían en rollos de papiro en las sinagogas, y un escriba o religioso que sabía leer las leía en las sinagogas en el Sabbat. Así aprendían las Escrituras y la palabra de Dios.
La palabra de Dios – la Biblia – puede ayudar a edificar nuestra fe. En nuestros días, en que casi todos tenemos una Biblia en casa (y generalmente varias) y sabemos leer, Pablo seguramente hubiera dicho, “leer la Biblia para tener fe”, o algo parecido en ese sentido.